TROPEZON

TROPEZON (1979-1983)

Tropezón comienza su andadura en 1979, de la mano de José Francisco Deltell Moreno de la Santa, voz y guitarra solista; José Carrión Mataix, batería y percusión (ambos anteriormente en las filas de Los varon's) y Tomás Gil Quiles, al bajo. A finales de año, completa la formación el villenero Domingo Panadero Iñiguez “Pana”, teclados. El nombre del grupo fue tomado del vino tinto “Tropezón”, de la Bodega Cooperativa del Campo San Blas.

Afiche promocional.

Si tenemos que clasificar a Tropezón dentro de un género musical, éste sería el Pop-Rock, aunque sus componentes hacen hincapié en que se buscaba encontrar un género propio, diferente a los demás grupos de la época (70-80’s). De este modo, en sus canciones (la mayoría propias, como “Príncipe azul”, “El talego”, “Mama no me comas el coco” o “Cerco a la carretera”) encontramos influencias de Eric Clapton, Creedence Clearwater Revival, Rory Ghallager, Jimi Hendrix o incluso Uriah Heep, de quienes llegaron a interpretar algunos temas. Rock’n’Roll en estado puro, y un estilo con el que podemos identificar a muchos grupos y artistas hoy en día, donde vuelve a estar en boga el uso del órgano como base melódica.

Tomás Gil y Francisco Deltell.

Su local de ensayo fue una finca rural a las afueras de Sax, en la carretera de Elda (“Casa de Micó”).

Desde allí se proyectaron hacia un gran número de Festivales, junto con otros grupos de renombre, entre los que podemos destacar el Festival Rock de Murcia, junto con Leño y Mediterráneo, el del Campo de fútbol de Monóvar junto a Guadalquivir (grupo de Miguel Ríos), en Guardamar de Segura junto a Triana, en Elda junto con Acero o en el Gran Pabellón de la Feria de Albacete.

Otras actuaciones destacadas, esta vez en solitario, son las realizadas en Salinas (Trakatoa), Villena, Novelda y Sax (Discotecas Acuarium y Gocami). En Villena recuerdan de forma especial el concierto realizado en la finca Guitapesare (carretera de Caudete), y así se lo recuerdan todavía muchas personas que asistieron al evento.

Por el camino acumularon muchas anécdotas, entre las que destacan la actuación realizada en Novelda, durante las fiestas de un barrio, en la que les contrataron para actuar junto a una Orquesta. Sucedió que nada más comenzar, prácticamente en la primera canción, subieron al escenario varias personas mayores de la Junta Directiva de la Asociación de Vecinos, para pedirles que no tocaran Rock’n’Roll y que bajaran el volumen. No haciendo mucho caso de la petición, les amenazaron con no tocar el segundo pase y con no cobrar por la actuación. Recuerdan como un instante mágico la llegada de gente joven que increpó a los responsables de la Asociación de Vecinos, llenando el recinto para escuchar a ese grupo que tocaba algo diferente al repertorio verbenero habitual. No sólo hicieron su segundo pase, sino que la orquesta que les acompañaba renunció al suyo y Tropezón cubrió el hueco.

José Carrión.

Recuerdan también con cariño la felicitación que les brindó el grupo Triana tras la actuación, de la mano de su líder Jesús de la Rosa, que falleció al poco tiempo en un accidente de tráfico. Y con menos cariño y cierta guasa, recuerdan el desprecio que les hizo el grupo Mediterráneo (que comenzaban a tener aires de grandeza), pensando que eran un “grupillo” con un pequeño backline, y que se vieron obligados a respetar las reglas de camaradería imprescindibles para compartir un escenario con varios grupos.

Precisamente el backline fue uno de los principales problemas con los que se topó Tropezon, y que tuvieron que ver con su disolución. Y es que cuando un grupo, acostumbrado a actuar en salas cerradas, pasa a realizar actuaciones en grandes espacios abiertos (campos de fútbol, plazas de toros, polideportivos), requiere de un equipo de sonido más potente. Comprobado que los costes de alquilar los equipos (principalmente al grupo Brassas de Villena), sumados a los desplazamientos y demás gastos, superaban los ingresos por actuación, el grupo comienza a meditar sobre su futuro.  Algo similar a lo sucedido en la desaparición de Los Varon's (donde Francisco José Deltell y José Carrión habían formado parte unos años antes): llegó ese momento en que se plantea la necesidad de realizar una inversión económica y arriesgar con un cambio en lo personal y lo laboral, con un futuro incierto.

En 1983 el grupo se disuelve.